Ale deja atrás su vida y llega a una nueva ciudad para estudiar en la Universidad. Le sigue una nube de pensamientos que no para de despertar comparaciones entre lo que tiene y lo que ya no. En su rutina de idas y venidas en metro terminará por hundirse para reconciliarse con esos pensamientos hasta que dejen de pesarle. En definitiva, aprender a dejar marchar.